Llevando historia por el mundo: la Goffriller y yo
- Anuschka

- hace 17 horas
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No todos los días te entregan una viola Goffriller y te dicen: “Llévala por el mundo”. Pero eso es exactamente lo que me pasó a mí… Con este instrumento increíble sobre el hombro, me encontré dando conciertos desde Pekín hasta Berlín, de Múnich a Hamburgo, y desde Kronberg, Ginebra, Lucerna y Zúrich hasta Dubái y de vuelta a Ámsterdam.
Cada ciudad tenía su propio ritmo, cada sala su propia magia y cada público su propia versión de: “Espera… ¿es una viola?”
Tocar un instrumento histórico como este me hizo sentir profundamente privilegiada. Hay algo conmovedor en sostener tanta historia bajo la barbilla y luego intentar hacerle justicia ante cientos de oyentes. Me recordó por qué amo ser violista: entrelazar historias, sonido y alma, y compartir música con personas en todas partes. Estoy agradecida por cada nota, cada escenario, cada ciudad y por el recordatorio de que la música realmente viaja más lejos de lo que nosotros mismos jamás podríamos.




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